6 dic 2008

Mente sin cuerpo: conflicto de identidad


El cuerpo puede tener extensiones de y ello son los aparatos que nos están aportando los avances tecnológicos, pero esos avances nunca podrán crear una mente ya que la esencia de ésta es el pensamiento y nunca podría tener una extensión por lo que es algo que no puede existir. Pueden crearse cosas que tengan autonomía, pero seguirá siendo el hombre el que le de la totalidad al uso de la mente.

Pero esto también conlleva un problema de tipo ético: No sabemos mucho sobre el “yo”, pero sabemos programar uno.

Muchas veces no somos capaces de hacer un espacio para nosotros mismos y conocernos. No siempre nos relacionamos con los demás a nuestro alrededor. Nos encerramos en nuestro mundo, sin embargo, con la tecnología, cada día somos más capaces de intentar crear a través de una máquina, un nuevo “yo”, una “mente” capaz de realizar actividades similares a la de la mente humana. ¿Cuánta independencia y qué nivel de complejidad de ideas necesitamos darles a las máquinas para poder decir que tienen personalidad?

Un ejemplo de esto es el neurobaby (http://www.tosa.media.kyoto-u.ac.jp/nb/index.html)

¿Se perdería la identidad de la persona si se buscara equiparar su autonomía con la automación de una máquina?

Muchos justifican esto ya que tiene muchos aportes económicos, por ejemplo, aplicado a procesos industriales, un robot con autonomación sería capaz de detenerse si detecta algún desperfecto, y no por que sea una falla, sino porque simplemente puede haber un defecto en el producto, por lo tanto puede decidir deenerse hasta examinar la falla del producto.

A nivel macroeconómico esto tiene grandes ventajas, porque se readucen costos de personal y al mismo tiempo se reducen pérdidas por fallas en la fabricación.




Miguel Ángel Muñoz Maya



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