La sociedad actual atraviesa por una evolución vertiginosa, un proceso de cambio del que nadie puede escapar y ante los cuales nosotros no somos ajenos; desde esta perspectiva el mundo de hoy se enfrenta a una nueva era que muchos llaman la “era de la información y comunicación”, pero ¿qué implicaciones tiene para cada uno de nosotros las consecuencias que esto trae consigo? En esta perspectiva de cambio:
Suele decirse con frecuencia, generalmente en situaciones de bonanza, que el presente está preñado de porvenir. Y cuando se utiliza este término, no se quiere significar habitualmente el tiempo que nos espera, el futuro, y de ahí la expresión: por-venir.
Pero además se entiende también como progreso, en el sentido de desarrollo, avance, mejora en definitiva de las condiciones de vida. La pregunta surge sin embargo inevitablemente: ¿Progresamos en todos los órdenes? ¿Avanzamos realmente en todos los ámbitos, o por el contrario ese ingreso en el mundo desarrollado constituye también un retroceso en otros aspectos? (Blánquez Ruíz, F. Javier; 1992; 69-70).
La sociedad de la información está inserta en varios acontecimientos de trascendencia histórica para el hombre y que han transformado el paisaje social de la vida humana, entre las que destacan la revolución tecnológica que se centra en las tecnologías de la información, además de los cambios en las economías de todo el mundo.
Hoy en día nos podemos encontrar con que existen un sinfín de definiciones con los que se trata de responder acerca de cuándo surge la sociedad de la información, a este respecto Julio Linares, director general de coordinación, desarrollo de negocio y sinergias del grupo Telefónica nos dice: “Las sociedades de la información se caracterizan por basarse en el conocimiento y en los esfuerzos por convertir la información en conocimiento. Cuanto mayor es la cantidad de información generada por una sociedad, mayor es la necesidad de convertirla en conocimiento. Otra dimensión de tales sociedades es la velocidad con que tal información se genera, transmite y procesa. En la actualidad, la información puede obtenerse de manera prácticamente instantánea y, muchas veces, a partir de la misma fuente que la produce, sin distinción de lugar” (http://www.oei.es/revistactsi/numero2/valenti.htm#9. [01/04-2002]; 18 de septiembre de 2008).
Es importante resaltar que lo que hace posible el surgimiento de la sociedad de la información es la revolución científico-técnica del siglo XX, pues es en esa época cuando se crean toda una serie de adelantos tecnológicos que permiten acortar las distancias y barreras físicas, así como mejorar las comunicaciones y generar, almacenar y distribuir grandes cantidades de datos e información por todo el planeta. Es en ésta misma época cuando también se empieza a acentuar el fenómeno de globalización, ligado fuertemente a la sociedad de la información, que aumenta los intercambios culturales logrando un traspaso de información que luego irá homogenizando las formas de vida.
De la misma forma, la economía juega un papel destacado en este proceso histórico, que desde esos años en adelante se irá volcando más hacia los servicios que a la producción de bienes tangibles, en general se robotiza la industria y se exige mayor formación, especialización y conocimiento en general a los recursos humanos.
Todas estas transformaciones impactaron y siguen impactando en la vida cotidiana del hombre, de tal forma que comienza a ser consciente de la importancia de la información y el conocimiento en los tiempos que se avecinan.
El proceso de nacimiento de la sociedad de la información ha sido a grandes pasos, sobre todo notables en los últimos decenios. Lo que comenzó como una pequeña sombra tanto en avances técnicos, telecomunicaciones, informática, como en su elemento clave, la información, hoy en día es impresionante el avance que ha alcanzado.
Hoy en día muchos intelectuales optan por considerar que el verdadero nacimiento de la sociedad de la información se da en la década de los noventa con el auge de internet y la aplicación más contundente de las políticas neoliberales en todo el mundo, pero no lo podemos considerar así, puesto que en los ‘lo que sucede no es más que una detonación una evolución gigantesca de procesos que en su mayoría habían tenido su origen en los años '70. (Cf. Lisandro Genolet en: http://la-sociedad-de-la-informacion.blogspot.com/; 18 de septiembre de 2008).
Ante esta realidad nadie puede negar que vivimos en un mundo globalizado, donde las telecomunicaciones juegan un papel fundamental en la vida de las personas, por lo que hoy en día se considera que ya no es rico quien más capital posee, sino quien cuenta con más y mejor información de calidad para la toma de decisiones. A eso nos referimos con "sociedad de la información", a aquélla donde la información y el conocimiento son elementos de poder y que en cierta forma estructuran su organización y desarrollo.
José Antonio Hernández Pimienta
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