28 nov 2008

La incomunicación en la sociedad de la comunicación

III Parte

Es importante destacar que toda esta evolución y cambios que se han ido presentando en la sociedad han dado paso al surgimiento de una nueva estructura social, la cual se manifiesta de distintas formas y según la diversidad de culturas e instituciones. La nueva estructura social está asociada con el surgimiento de un nuevo modo de desarrollo, llamado el informacionalismo , y el cual se define históricamente por la reestructuración del modo capitalista de producción de finales del siglo XX (Cf. Castells, Manuel; La era de la información; Vol. I; 1999; 40).
Todas las manifestaciones de la sociedad de la información y comunicación, definida como una sociedad en la que la creación, distribución y manipulación de la información forman parte importante de las actividades culturales y económicas. Esta realidad nos lleva a que hoy en día hablemos de construcción social de la realidad, en donde converge todo un nuevo escenario tecnológico que influye de manera directa en la producción cultural y en la mediatización de lo social, por lo que los roles personales de cada individuo así como sus identidades y grupos a los cuales pertenece se transforman, llegando a crear incluso incertidumbre, desconcierto y a veces desorientación (Cf. Pérez Tornero, José Manuel; 2000; 17), pues no se sabe qué hacer ante dichas circunstancias.
No obstante, nos enfrentamos a la vez a un fenómeno que podría parecer nuevo para las generaciones pasadas, pero que las nuevas generaciones han nacido inmersas en él:
Cualquier niño y casi cualquier adulto de hoy en día en casi todo el planeta es asediado diariamente por infinidad de situaciones de comunicación en el que el lenguaje dominante no es el escrito y ni siquiera el verbal […] Nos movemos además en situaciones de comunicación que han descartado lo concreto, local y personal, y se construyen a través de complejos telemáticos, telepresencias y virtualidades varias […] Cada vez están más lejos de nosotros los espacios comunicativos propios de la conversación o el encuentro verbal y dominan relaciones complejas que se generan mediante tecnologías muy sofisticadas (Pérez Tornero, José Manuel; 2000; 95-96)

Todas estas circunstancias que rodean el progreso y los cambios en la manera en la que el hombre se comunica dejan la interrogante de que si verdaderamente los medios de comunicación y el hablar del acceso a la información están contribuyendo a acercar a las personas y a mejorar la comunicación o al contrario son una barrera y un escudo que el hombre utiliza para la comunicación humana que implica un espacio y un tiempo compartido con fisicidad.
Es por eso que es posible hablar que lo que divide al siglo XX del XXI será conocido como una transformación de una sociedad basada en las relaciones materiales en otra que se apoya en las relaciones virtuales, en donde en el contacto físico dominaba la mayor parte de la historia de la humanidad a un “contacto” que se desarrolla entre lo virtual y semiológico, que es la comunicación mediática, en donde adquiere densidad el universo mediático relacional, el espacio de los lenguajes y el tiempo de la comunicación (Cf. Pérez Tornero, José Manuel; 2000; 17).
Por eso es posible afirmar con Gómez Palacios que:
El surgimiento y desarrollo de las telecomunicaciones , de las computadoras y de los sistemas ópticos han traído como consecuencia la evolución de los sistemas de comunicación, pasando de una etapa caracterizada por el predominio de los procesos unidireccionales, con una bajo nivel de retroalimentación, a otra en la que privan los procesos interactivos y multidireccionales, los cuales permiten el rápido y económico intercambio de información a nivel global, eliminando algunos obstáculos como el tiempo y la distancia, sin embargo, creando otro tipo de barreras en la comunicación entre los seres humanos, tales como la “mediatización”, en tanto que, independientemente de que alguien viva al otro lado del mundo, aunque el tiempo de la interacción será el mismo en ambos casos, la comunicación se realizará en forma mediática, es decir, a través de un sistema de comunicación que de alguna forma generará una interacción diferente a aquella que surge cuando dos o más personas tienen un intercambio de ideas interpersonal, esto es, cara a cara.
Independientemente de los aspectos positivos y negativos que el acelerado desarrollo tecnológico trae consigo, lo cierto es que éste se manifiesta en forma cada vez más evidente, describiendo un crecimiento exponencial e invadiendo prácticamente todas las actividades del ser humano (Gómez Palacios y Campo Carlo; 1998; 68).


No cabe duda que este nuevo siglo ha llegado con formas altamente tecnificadas que acortan distancias, donde los mass media acercan a los hombres de diversas latitudes, convirtiéndolo ahora más que nunca en ciudadano del mundo. En esta nueva era donde la comunicación tiene un campo más amplio, cabe preguntarnos qué se está haciendo para promover y posibilitar el desarrollo de competencias comunicativas y para facilitar los encuentros.
Ante esta situación por la que pasa la comunicación suele olvidarse que el hombre es un ser social por naturaleza, por lo que requiere del contacto y de la interacción de las personas para poder satisfacer sus necesidades tanto materiales como espirituales. “La comunicación es una condición para la existencia del hombre, es el medio a través del cual evolucionan los valores y la cultura en general, es a través de la comunicación donde se posibilita el encuentro con el otro, el entendimiento mutuo y la construcción de los significados sociales”
(http://www.unisimonbolivar.edu.co/revistas/aplicaciones/doc/81.doc; 18 de septiembre de 2008).


José Antonio Hernández Pimienta

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